Nuestros comienzos allá por el 2003 fueron haciendo unos cursillos por correo que impartía una empresa ya extinta. Ahí comenzaron nuestras inquietudes por entrar en el negocio de la helicicultura y poco a poco, en plan de hobby, empezamos a aprender los entresijos del negocio.
Hasta que en 2020 dimos el salto a profesionalizarnos y dedicarnos por entero a la helicicultura. Nuestras instalaciones están pensadas para ciclo cerrado, es decir, reproductores en cubierto bajo nave y en exterior para reproductores del próximo año, usando como alimento semillas ecológicas certificadas para molerlas y convertirlas en harina con nuestro molino propio situado en nuestras instalaciones.
Poco a poco, en nuestro trabajo decidimos dedicarnos a procesar huevas de caracol para los laboratorios de cosmética y laboratorios de medicina. Es un trabajo muy laborioso y delicado extraer huevas de caracol, puesto que hacen falta al menos 320 puestas para poder recolectar un kg de huevas de caracol.
Conforme íbamos trabajando y conociendo el poder que contienen las huevas de caracol, crecía la ilusión y la admiración por este pequeño animal, pequeño pero poderoso.
Hay estudios en cosmética donde exponen el poder de tersura, brillo e iluminación de la piel, siendo un reactivador natural de células madre.
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